martes, 14 de abril de 2009

¿POR QUÉ SE NOS OLVIDAN LAS COSAS?

La tercera, tendencias, por Marisol Olivares 29/03/2009
A PARTIR DE LOS 30 AÑOS LA MEMORIA COMIENZA A OLVIDAR Y A LOS 50 VIENE EL SEGUNDO GOLPE. PERO NO SE DESESPERE: HAY TRUCOS PARA COMBATIR ESA DESAGRADABLE SENSACIÓN QUE SURGE CUANDO SE LE OLVIDA EL NOMBRE DE UN SOBRINO.
No sabe dónde dejó las llaves del auto. Cada vez que empieza a leer revuelve la casa buscando los anteojos, y por más que trate, no puede acordarse del nombre de su sobrino que ya tiene 10 años o del número de teléfono de su hermana... dramático. Pero no es para asustarse, porque no es principio de Alzheimer. Sí, una situación a la que le conviene acostumbrarse luego, porque a partir de los 30 años la memoria comienza a olvidar.
Bienvenido a este nuevo estado en el que su cerebro, que antes producía 10 mil neuronas diarias, a partir de esta edad es mucho menor. Y con esta baja de la producción, la primera en verse afectada es la memoria. Pero el proceso no termina ahí. A los 50 comienza otro cambio importante y más complejo: comienza a declinar la función ejecutiva (asociada a la memoria), un conjunto de habilidades cognitivas que le permiten planificar, buscar las palabras adecuadas para decir las cosas, concentrarse, anticiparse.

"¿COMO SE LLAMABA?"
Pero no es que sólo lleguen los años y con eso empiecen a irse los datos que queremos retener. La memoria es un poco más compleja que eso. Funciona, en términos simples, en tres modalidades. La primera es la que se llama memoria explícita y que está integrada por recuerdos como las tablas de multiplicar, la fecha del descubrimiento de América o el color de ojos de su madre. En definitiva, es la que retiene eso que aprendió en cualquier momento de su vida y que cuando lo necesita aparece de inmediato.
El otro tipo de memoria es la del procedimiento, que es la práctica de hábitos y habilidades como, por ejemplo, leer o manejar. Este tipo de memoria también permanece y se ha comprobado que aunque se padezca de Alzheimer o amnesia, nunca se olvidará de cómo andar en bicicleta.
Pero en medio de ellas dos está la memoria que se ocupa de los recuerdos episódicos, esos que se relacionan con el paso del tiempo. "¿Cuándo fui a Viña?, ¿en septiembre o en octubre?", o la fecha del cumpleaños de un amigo. Es precisamente esa memoria la que parte debilitándose a los 30 años y que produce un daño en el hipocampo, una estructura cerebral fundamental cuando se trata de guardar recuerdos y consolidar nuevos aprendizajes. Por eso, cuando un recuerdo está consolidado se conserva en una especie de despensa en la corteza cerebral y se puede acudir a él. Por el contrario, si el hipocampo no logra consolidarlo, el recuerdo se desvanece.
En un experimento de la Universidad de Harvard, se le mostró a jóvenes menores de 25 y adultos mayores de 40 un set de fotos de desconocidos con sus nombres. Pasada una hora se chequeó la capacidad de retención de cada grupo y entre jóvenes y adultos el recuerdo era el mismo. Sin embargo, a la semana siguiente los enfrentaron a las mismas fotos, y sólo un 25% de los jóvenes falló en reconocer a quién correspondía cada imagen; en los adultos el error fue del 75%. Lo anterior demostró que la memoria inmediata se transforma, al cabo de una semana, en una especie de memoria intermedia, que en el adulto se convierte en un desafío retener.

NO TODO ESTA PERDIDO
Como a partir de los 30 años es cuando, de manera muy paulatina, las personas comienzan a desconcentrarse más fácilmente, basta que alguien lo interrumpa por medio segundo para que olvide por completo lo que estaba tratando de memorizar. Por eso, los especialistas recomiendan diferentes técnicas que ayudan a la memoria a recordar o a asociar datos para que surja el que se anda buscando: aislarse, concentrarse y anotar el dato que quiere retener es una manera eficiente de mantener la información en su memoria.
El paso dos es la consolidación. En el entendido de que retener nuevas informaciones es más difícil, un buen ejercicio es asociarlas con recuerdos ya conocidos. Por ejemplo, si le presentan a alguien que se llama Diego, piense en cuántas personas con ese nombre conoce. Y si en este proceso se mezclan las emociones, mejor, porque estas logran activar una zona llamada amígdala que hace que los recuerdos pasen a ser retenidos por largo tiempo.
Y por último viene la recuperación de datos. Para este proceso nada mejor que recurrir a los recuerdos similares, es decir, si no puede dar con el nombre de un actor, enumere sus películas. Así se activarán los mismos patrones de la memoria donde está guardado ese recuerdo y el nombre olvidado saldrá por sí solo.

PARA FORTALECER LA MEMORIA
EJERCITARSE: Quienes realizan ejercicios suelen tener un mejor funcionamiento pulmonar y con ello le envían más oxígeno al cerebro.
SEGUIR APRENDIENDO: Los que tienen mayor educación cuentan con mayor memoria. Los expertos creen que esto se debe a que se mantienen mentalmente activos. Hacer puzzles, leer, jugar bridge o seguir trabajando estimula el cerebro.
DORMIR BIEN: La memoria se consolida en el ciclo de sueño REM. Una persona debería dormir ocho horas.
MANTENER LA VIDA SOCIAL: Tener amigos mejora el desempeño cognitivo en las personas mayores de 70 años.
MANEJAR EL ESTRÉS: Cuando se está estresado, no es posible concentrarse ni aprender y memorizar. Si está tensionado permanentemente, puede alterarse la química del cerebro, dañar el hipocampo y la memoria persistentemente.

5 FORMAS EN QUE NO RECORDAMOS
El sicólogo investigador de Harvard, Daniel Schachter, explica las diferentes formas en que se presenta la pérdida de memoria:
DISTRACCIÓN: Cuando está recibiendo un dato nuevo y escuchó un grito o se distrajo con un ruido, el cerebro no codifica de manera segura, así que pasa al olvido.
FUGACIDAD: No es que sea olvidadizo, hay cosas que aprende para olvidarlas. Las personas no pueden aprender más de siete cosas a la vez y una vez que las ocupan las desechan, sino esos datos ocuparían un espacio innecesario en el cerebro. Retener un número de teléfon que se ocupa poco es una pérdida de capacidad cerebral.
BLOQUEO: Lo tiene en la punta de la lengua, pero de ahí no lo puede sacar. El bloqueo de la memoria es la inhabilidad temporal de traer un recuerdo a colación. Esto no se produce por desatención, sino porque tiene asociados recuerdos muy similares, lo que hace difícil encontrar el que se está buscando.
MALA ATRIBUCIÓN: esto ocurre cuando usted recuerda algo, pero se equivoca en algún aspecto. Esto sucede porque el paso del tiempo envejece los recuerdos, y por ello se confunden detalles que antes estaban nítidos.
PREJUICIOS: Sucede porque el recuerdo original se ve alterado por lo que sucedió después. Por ejemplo, en el Instituto de Neurociencia de California entrevistaron a parejas a los dos meses de pololeo y luego a los 10 años de matrimonio. Las dos veces les preguntaron lo mismo, pero después de una década los recuerdos de los inicios de la relación eran más malos por lo vivido en los años de matrimonio.