por Ana María Cortez La tercera 13/04/2009
Unos 40 mil jóvenes se titularon de las universidades el año pasado y salieron a buscar trabajo justo cuando aumenta la cesantía. El problema es que, para los empleadores, tener lagunas en el currículo no es bien visto. ¿Cómo evitarlas? Capacitarse en la misma área que se estudió o extender la práctica son algunas de las opciones.
-Hola, vengo a ofrecerme para trabajar, gratis... Sólo para aprender.
En la empresa constructora lo miraron raro. No entendían que Marcelo García (27) quisiera trabajar ahí, sin remuneración alguna, y sólo para comenzar a conocer cómo era el desempeño de un constructor civil. Recién titulado, consideró que mientras conseguía un empleo de tiempo completo, sería enriquecedora una experiencia así. "El sentido común me dice que, entre quedarme en mi casa esperando que me llamen, es más provechoso lo que estoy haciendo hoy", dice convencido.
Marcelo hizo bien al prestarle atención a su sentido común, pues el trabajar voluntariamente en la misma área de la carrera estudiada es una de las mejores estrategias, según los expertos en recursos humanos, en caso de titularse en medio de una crisis económica.
En España se les llama la "generación cero" y se calcula en 200 mil sus integrantes. En Chile se estima que unos 40 mil universitarios salieron de las aulas universitarias al mercado laboral el año pasado en vísperas de la crisis que ha elevado el desempleo a 8,5%.
Considerando que una de las primeras cosas que miran los empleadores a la hora de reclutar candidatos, son los vacíos en el currículo, La Tercera consultó a especialistas en Recursos Humanos en busca de las mejores formas de darle valor a la hoja de vida.
1. TOMAR DIPLOMADOS O CURSOS DE IDIOMAS
Todas son herramientas que marcan la diferencia por sobre los pares. Aunque los expertos aclaran: la capacitación debiera ser en la misma área que se estudió, ya que si bien el mercado valora que un profesional sea multidisciplinario y tenga estudios en otras disciplinas, ello es preferible para quienes ya están insertos en el mercado laboral.
2. EMPRENDIMIENTO
El iniciar un negocio por pequeño que sea o la idea idealizada desde la universidad también son excelentes formas de añadir valor al currículo, dicen los especialistas, porque implican iniciativa, riesgo y en definitiva, ser proactivo, característica altamente estimada por lo empleadores. "Indican que el postulante no se va a quedar sentado esperando órdenes, sino que será un aporte para la organización, desde su competencia", dice Sebastián Uriarte, gerente de marketing y desarrollo de Laborum.com.
3. EL TRABAJO VOLUNTARIO
El trabajar ad honorem, en una empresa o institución social, es una gran instancia para aumentar la red de contactos y adquirir experiencia. También refleja que el recién graduado tuvo un rol activo en la obtención de un empleo, lo que a juicio de los expertos también demuestra proactividad.
"A veces te dicen 'es que estuve seis meses buscando trabajo'… pero ¿qué hiciste tú para obtenerlo?", dice Sebastián Uriarte, gerente de marketing y desarrollo de Laborum.com. "Vincularse a organizaciones, aunque sea con una renta menor, permite a los titulados conocer la dinámica del trabajo: levantarse temprano, trabajar en equipo, cumplir plazos, etc.", dice Ximena Julio, quien agrega que también es una buena idea extender los períodos de práctica. "Aunque se haya cumplido lo que requiere la universidad, ofrecerse en una organización a la que se esté interesado en ingresar, y entrar como practicante", lo que es muy bien visto, pues denota real interés de parte del postulante.
4. NO TOMAR LA PRIMERA OFERTA
Si se habla de errores, dejarse llevar por el temor al desempleo y tomar la primera oferta de trabajo, haciendo "lo que sea", es el desatino más común de los recién egresados. El no elegir claramente lo que quieren hacer y dónde lo quieren realizar, los lleva a desmotivarse prontamente y abandonar el puesto de trabajo en apenas seis meses, cuestión que es muy mal vista por los consultores.
"Lo más importante no es la empresa en que se trabaja, sino el cargo que se desempeña en la empresa, es decir el trabajo que uno realiza y que debe ajustarse plenamente a lo que se desea", comenta Uriarte. El consejo es, entonces, determinar claramente en qué tipo de empresa se desea trabajar, qué cargo se quiere desempeñar, bajo qué condiciones hacerlo, y luego tomar la decisión de manera razonada y tranquila.
5. DEJAR EL MAGÍSTER PARA DESPUÉS
Si los diplomados y las capacitaciones en idiomas son aconsejadas para los recién egresados, los expertos recomiendan dejar los magíster para quienes ya cuentan con unos años de ejercicio en el área. "No ponerse a estudiar más teoría, porque lo que les falta es la experiencia. A la gente que ya tiene años de práctica yo le recomendaría hacer un MBA, pero a los jóvenes les diría: ¡inglés!", afirma Julio. De la misma idea es Sebastián Uriarte: "Diplomados, magíster y cualquier tipo de capacitación posteriores muy bien vista por los seleccionadores, si es que existe experiencia laboral. Ello ya que, para aprovechar al máximo este tipo de estudios, es necesario contar con la destreza y el conocimiento que da la práctica de la profesión".
QUÉ CONDUCTAS EVITAR
La ansiedad. Conductas como mostrarse demasiado dispuesto a hacer cualquier cosa en la empresa, hablar demasiado y atropelladamente o moverse en exceso, muchas veces alteran la fluidez de una entrevista y dan pie para que el reclutador se percate de que el postulante no tiene pleno control de su estado nervioso y es presa fácil de la angustia.
Las estadías cortas en los puestos de trabajo. El egresado es percibido como falto de compromiso y se estima que, a la primera oportunidad, abandonará la organización. Se aconseja permanecer, idealmente, alrededor de dos años en el primer puesto. Después, si se tiene la opción, continuar cinco años en el siguiente cargo.